¿Qué es un ERE?
El ERE (Expediente de regulación de empleo) es un procedimiento que permite a una empresa, cuando tiene problemas económicos, técnicos, organizativos o de producción (lo que se conoce como causas ETOP), tomar medidas colectivas como:
- Despidos,
- Suspensión de contratos, o
- Reducción de jornada.
La ley obliga a la empresa a abrir un periodo de consultas con los representantes de los trabajadores.
Se deben buscar soluciones para evitar o reducir los despidos y también pactar medidas de apoyo (por ejemplo, recolocaciones, formación o indemnizaciones).
La clave: la negociación de buena fe
La empresa no puede limitarse a “cumplir por cumplir”. Durante ese periodo de consultas debe negociar de buena fe, lo que significa:
- Escuchar las propuestas de los trabajadores.
- Explicar con claridad los motivos del ERE.
- Entregar la documentación exigida por la ley para que se pueda negociar con conocimiento real de la situación.
- Mostrar disposición a llegar a acuerdos.
Si la empresa se cierra en banda, oculta información o no facilita la documentación, el ERE puede acabar siendo nulo.
¿Que sucede si no se actua de buena fe en un ERE?
Existen muchas sentencias que muestran que un despido colectivo puede ser declarado nulo si la empresa no negocia de buena fe.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando no entrega la información necesaria a los representantes de los trabajadores, no explica sus motivos, se mantiene inflexible o no ofrece alternativas.
En estos casos, los tribunales protegen a los trabajadores y pueden obligar a la empresa a revertir los despidos.
Conclusión
El ERE es una herramienta legal para situaciones difíciles, pero no puede usarse de cualquier manera. La obligación de negociar de buena fe y de facilitar toda la información es fundamental. Cuando no se respeta, los tribunales han sido claros: el despido colectivo puede ser anulado.